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02/04/2019 - 15:39 General

El Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) San Juan de Dios de Sevilla ha logrado, mediante una colaboración formativa con la Clínica Dental Mateos, que los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) puedan acudir a sus citas con el dentista sin que para ellos suponga un acto traumático o estresante gracias a ‘La hora de la Paz’, una iniciativa que acerca esta atención a niños con estas necesidades especiales.

Se trata de adaptar la consulta al niño, y no al revés, pues las personas con TEA tienen unas necesidades específicas que, si son tenidas en cuenta por parte de los profesionales que los atienden, hacen mucho más fáciles contextos que para ellos se pueden convertir en situaciones muy desagradables. La coordinadora del CAIT San Juan de Dios de Sevilla, Rocío Carrasco, explica que los niños con autismo presentan peculiaridades en el aprendizaje, por lo que hay que fomentar la aproximación de los estímulos sin brusquedades. Necesitan controlar cualquier estímulo sensitivo, como los olores o los sonidos, por lo que requieren de una anticipación sensorial para conocer qué va a ocurrir, y no vivir situaciones de desconcierto. “En la visita al dentista, todo ello se traduce en que la odontopediatra trabaje con ellos en un gabinete silencioso, donde no coexistan otras consultas llenas a su alrededor. Además, la profesional le adelanta los sonidos y olores que va escuchar y oler durante el tiempo que esté en el sillón del dentista, de manera que no le cause estupor encontrárselos en una posición tan vulnerable”.

Saber qué va a ocurrir con antelación es algo que causa tranquilidad a cualquier persona pero que, en caso de una persona con TEA, es fundamental. Por ello, proporcionarles información es clave en el proceso, trabajando en el gabinete con pictogramas para que puedan procesar mejor esa información, ya que los niños con autismo focalizan la atención y compresión mucho mejor por el canal visual.

La odontopediatra de la clínica dental, Elisa Ríos, explica que los familiares acompañan a los niños a la consulta y “nuestra mayor satisfacción es ver la cara de los padres al comprobar que con técnicas de repetición, mediante el uso de pictogramas y fotografías y dejando que los niños toquen y jueguen con nuestro material, conseguimos hacer una exploración dental completa”. Ríos cuenta que a raíz de involucrarse en este proyecto, ha descubierto que existe un gran vacío en la asistencia para niños con TEA, pues las familias acudían a la clínica dental con sensación de derrota, ya que en ocasiones previas, solo les proponían la opción de la anestesia general o la sedación para poder cuidar la salud dental de sus hijos.

La visita al dentista, así como las visitas a otros profesionales que necesariamente tienen que interactuar con los niños, pueden llegar a ser muy estresantes para aquellos diagnosticados con autismo. Por ello, a lo largo de 2018, la odontopediatra se formó con los terapeutas del CAIT San Juan de Dios, participando en las Escuelas de Familia y colaborando estrechamente en la elaboración de protocolos de actuación conjunta.

Ahora, desde las propias sesiones en el centro de atención temprana, los terapeutas trabajan con los niños esa futura visita al dentista, para favorecer la anticipación sensorial que prepara a los pequeños para una experiencia satisfactoria en la clínica dental.

Pequeños cambios que facilitan el día a día de las personas con TEA

La coordinadora del CAIT relata la importancia de crear una red de profesionales sensibles a este tipo de necesidades para que, introduciendo pequeños cambios en su rutina de trabajo cuando atienden a personas con autismo, la experiencia de estas personas sea más agradable, más fácil.

“Cuestiones tan de la vida diaria como ir al dentista o a la peluquería pueden presentar verdaderas complicaciones para niños con autismo. Afortunadamente, en los colegios los profesores son cada día más sensibles a estas situaciones, pero debemos ir un paso más allá y hacer el entorno más cómodo y agradable para ellos con simples gestos, siendo conscientes de que compartimos espacios con otras personas que presentan algunas dificultades sensoriales que podemos salvar con pocos esfuerzos”, explica.

Por ello, desde el CAIT hacen un llamamiento a todos aquellos profesionales como dentistas, profesionales de la peluquería, o cualquier profesional que preste servicios a la infancia, para acercarse hasta el CAIT y conocer cómo ayudar a estos niños y a sus familias adaptando sencillas rutinas.