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18/11/2014 - 09:34 General

Con motivo de la celebración el 18 de noviembre del Día Europeo de uso prudente de Antibióticos, el doctor Francisco García Colchero advierte del peligro del abuso de antibióticos, de la automedicación y aconseja recurrir a un profesional para determinar el origen de cada dolencia y así ofrecer un tratamiento certero.

Los antibióticos son medicamentos básicos, salvan vidas y su uso en medicina es fundamental a la hora de tratar enfermedades infecciosas, pero su prescripción y la manera de administrarlos durante un tratamiento tiene que aconsejarlo un médico. Así lo advierte el doctor Francisco García Colchero, especialista en Medicina Interna del Hospital San Juan de Dios de Sevilla en el Día Europeo del uso prudente de Antibióticos.

Los antibióticos son sustancias que se utilizan como tratamiento de enfermedades infecciosas provocadas por bacterias. Las infecciones no solo vienen dadas por este tipo de gérmenes, sino que pueden provocarlas hongos o virus entre otras causas. “Solo en el caso de que la infección esté provocada por bacterias puede ser combatida con antibióticos”, aclara el doctor García Colchero.

Existen multitud de infecciones muy comunes como la gripe común, el resfriado, la amigdalitis o la gastroenteritis que pueden tener un origen viral o bacteriano. “Corresponde a un médico determinar cuál es la causa de la infección, y si se trata de una bacteria, el médico aconsejará el tratamiento con antibióticos y su correcta administración”, advierte el internista de San Juan de Dios.

Consecuencias del uso inadecuado de antibióticos

Son varios los problemas que pueden venir derivados del mal uso de los antibióticos: “El principal problema que aparecerá con toda seguridad tras el uso incorrecto de un antibiótico es que hay bacterias que se harán resistentes en nuestro organismo. Esto quiere decir que si nos automedicamos con un antibiótico, cuando en realidad el origen de la enfermedad es, por ejemplo, vírico, estamos creando bacterias resistentes contra las que, si fuera necesario luchar posteriormente a causa de otra enfermedad, lo tendremos mucho más difícil”. Además, esas bacterias que se han hecho resistentes en nuestro organismo pueden extenderse a la comunidad, originando el contagio de aquellos que están alrededor.

Otra de las consecuencias que pueden darse de un mal uso de los antibióticos son los efectos secundarios, que en muchas ocasiones derivan en reacciones alérgicas difíciles de diagnosticar al no tener el médico control sobre la automedicación del paciente.

El doctor García Colchero, con formación en enfermedades infecciosas, explica que hay muchos pacientes que antes de llegar a la consulta ya se han automedicado con antibióticos por la aparición de fiebre o por mantener un conjunto de síntomas concretos durante más de un día. Incluso hay personas que no llegan a pedir cita con su médico porque se sirven de patrones de síntomas que ya han sentido en ocasiones anteriores y se autodiagnostican. También relata como algo habitual el hecho de que un paciente presione a su médico para que este le recete lo que el paciente cree, “y no es mejor médico el que más antibióticos prescribe, por lo que hay que luchar contra esa confianza que muchos atribuyen a la receta de un medicamento”.